El Gusto de Viajar: Ballenas en Puerto Madryn (Argentina)

(12 Jun '07)

La caza indiscrimida de esta especie la puso en peligro de extinción. Desde el siglo XIX, su población se redujo en un 90 %, actualmente se calcula que hay cerca de 4.000 ejemplares. Estas ballenas vienen hasta Península Valdez en épocas de apareamiento y reproducción; otros lugares donde también se las puede apreciar es en Australia y Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Esta ballena llega a medir hasta 18 metros de longitud y pesa unas 40 toneladas, puede sumergirse a grandes profundidades, pudiendo permanecer

bajo el agua hasta 50 minutos y como todo mamífero respira por pulmones, por lo que no tiene branquias. Posee sangre caliente y es capaz de almacenar mayor cantidad de oxígeno tanto en sangre como en tejidos musculares, acumulando menos dióxido de carbono para prevenir la respiración involuntaria.

Su respiración es a través de dos orificios en su cabeza, por donde sale el clásico chorro de agua. Su piel por lo general es de color negro grisáceo, con manchas blancas en la superficie ventral y el dorso.

Argentina la declara monumento natural en 1984. Debido a que su nado es lento y flota cuando esta muerta es muy fácil de cazar, por eso se le puso el nombre de Right Whale (ballena correcta para cazar) o Ballena Franca en español.

Luego de ponernos nuestros chalecos salvavidas y los impermeables, nos dirigimos a la playa para abordar la embarcación que nos llevaría a ver las ballenas, mientras éramos remolcados hacia el mar, el patrón de la embarcación nos dio las instrucciones que debíamos seguir durante la navegación.

Una vez en el mar nos dirigimos en busca de las ballenas, no pasaron 10 minutos cuando pudimos observar el primer

ejemplar, el cual algo curioso se puso a nadar a nuestro alrededor. Seguimos avanzando y pudimos ver más ballenas, algunas solo nos mostraban su lomo, otras más curiosas sacaban la cabeza, pero ninguna se animaba a mostrarnos la cola.

Seguimos adentrándonos en la bahía en busca de más ejemplares, ya casi finalizando el paseo y cuando nos disponíamos a regresar apareció una ballena que se acerco mucho al deslizador, y en eso saco la cabeza doblo su cuerpo y al sumergirse nos mostró la cola, momento que todos aprovechamos para tomarle fotos.

Después

de ver este maravilloso espectáculo, la embarcación enfilo a la costa ha donde llegamos después de algo mas de una hora de navegación, una vez remolcada a tierra, todos bajamos algunos mas mojados que otros, pero todos contentos por esta fascinante experiencia de poder observar muy de cerca al animal mas grande del mundo.