Antioquia (Lima - Peru)

(12 Ago '07)

Antioquía, pueblo del valle medio del río Lurín, años atrás era un lugar que casi nadie conocía, pero que gracias a que sus casas ha sido pintadas con flores, ándeles, caballos, palomas se ha hecho mas conocido y visitado por mucha gente. Ahora parece estar inundado de alegría, la belleza de sus calles y el ambiente que lo rodea anima a quedarse allí. Esta ubicado a dos horas de Lima, subiendo por Cieneguilla, camino de Huarochiri.

Los dibujos parecen ser hechos por niños. Tres años atrás la gente del Centro de Investigación, Educación y Desarrollo (Cied) pensó en cómo los limeños podían interesarse en llegar hasta el kilómetro 65 de la carretera a Huarochirí; el proyecto consistiría en pintar las casas que lucían despintadas y sucias.

Un grupo de estudiantes de artes plásticas peruanos, argentinos y uruguayos llegaran al pueblo, y durante una semana estuvieron experimentando y pensando en diseños para adornar las casas del pueblo; estos jóvenes fueron supervisados por el pintor Enrique Bustamante, quien luego de la elección de las figuras que más gustaron, paso a convertir Antioquía en un inmenso retablo.

También intervino la empresa de cemento Atocongo, que permitió alistar las fachadas de las casas. En julio del 2003, la fachada del colegio Andrés Avelino Cáceres, en la plaza de armas, lucía las primeras flores y aves de colores, además de un sol y una luna a ambos lados de la puerta principal.

En un principio la gente del pueblo no estaba muy animada sobre el proyecto, pero conforme veían lo bonito que estaban quedando el pueblo, accedían a que sus casas también fueran pintadas.

Finalmente las trescientas familias de Antioquía cambiaron la escéptica actitud y los colores pudieron más que los comentarios iniciales.

Cada vez son más los limeños que llegan al pueblo para conocer sus calles, sus casas pintadas y sus alrededores.

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