martes, 15 de abril de 2008

Markahuasi (Lima-Peru)

(1 y 2 Nov '03)

La meseta de Markahuasi fue dado a conocer por el Dr. Daniel Ruzzo en setiembre de 1952. Ya en 1923 el arqueólogo Julio C. Tello, relata la existencia de lagunas que estuvieron represadas y tenían sus canales de distribución de agua, como Pampacocha y Wayacocha ubicados en la ladera oeste de Marcahuasi. Según los pobladores de San Pedro de Casta, la meseta contaba con 12 lagunas o reservorios cada uno con su respectivo canal de irrigación.

Con respecto a las formaciones que se hallan en la meseta, los místicos dicen que son vestigios de una antigua civilización, de una raza de expertos escultores, mientras que los más pragmáticos afirman que es el simple resultado de una erupción volcánica de diorita que luego la erosión ha ido moldeando caprichosamente.

Le meseta se encuentra en la sierra de Lima, hacia el este en el distrito de Casta, provincia de Huarochirí, sobre el valle de Santa Eulalia.

Eran las 10 de la mañana de un día sábado cuando Pascal y yo salimos de mi casa rumbo al parque Echenique en Chosica, lugar donde debíamos tomar el transporte que nos llevaría a San Pedro de Casta, punto inicial de nuestra caminata a la meseta de Markahuasi.

Llegamos a Chosica a las 11 de la mañana, fuimos a buscar alguna movilidad que nos llevara hasta San Pedro de Casta pero nos dijeron que ya no había y que la siguiente salía a las 4 de la tarde. Lo recomendable es estar en Chosica a mas tardar 8 de la mañana. Ante tal eventualidad tomamos la decisión de ir hasta Santa Eulalia en un micro y a partir de ahí comenzar a caminar, no faltaría quien nos llevara, eso pensamos, así que iniciamos la caminata mucho antes de lo planeado; luego de haber avanzado cerca de kilometro y medio paso una combi y nos llevo hasta Barba Blanca donde nos bajamos y continuamos a pie por la carretera. Fue aquí donde dos camionetas pick up pasaron y a pesar que les hicimos señales para que nos llevaran no nos hicieron caso y continuaron su camino, así que a seguir caminando.

Eran ya las 2 de la tarde y ya habíamos caminado cerca de 6 kilómetros con nuestras mochilas a cuestas cuando de la nada apareció una combi que se dirigía hasta Huinco, ahí comimos unos riquisimos emparedados que nos había preparado la esposa de Pascal además de su respectivo postre. En este lugar descansamos cerca de hora y media hasta que las 4:30 de la tarde apareció la movilidad que iba a San Pedro de Casta, pero como no había sitio adentro tuvimos que viajar en el techo, lo cual resulto mucho más cómodo ya que íbamos medio echados y se disfrutaba mucho mejor del paisaje y de los abismos que había algunos de mas de 200 metros de profundidad. La carretera para llegar a San Pedro de Casta es de tierra, muy angosta, bastante sinuoso y en algunos tramos con una pendiente bien pronunciada, sobre todo de Huinco para adelante.

Por fin a las 6 de la tarde llegamos a San Pedro de Casta (3350 msnm), luego de registrarnos en la Oficina de Turismo y de pagar S/. 3.00 por cabeza por el ingreso a la meseta, emprendimos la caminata a la meseta. La distancia desde el pueblo hasta la meseta es de aproximadamente 3 a 4 kilómetros dependiendo del camino que se elija, pero debido a la altura y a la pendiente del camino se emplea entre 2 y tres horas de caminata para subir, claro que también depende del ritmo que uno emplee para caminar. Para suerte nuestra había luna esa noche así que fue mucho más fácil subir ya que podíamos ver el camino y no fue necesario el uso de nuestras frontales salvo un par de veces.

Nosotros subimos por el camino corto y luego de dos horas de caminata llegamos a la meseta y procedimos a armar el campamento y a preparar la cena, la cual consistió de unos riquisimos tallarines a lo Alfredo y de una sopa de fideos, además de su respectivo café todo preparado por el chef francés de fama mundial Pascal Charrier jajajaja.

Después de cenar preparamos una pequeña fogata con algo de leña que encontramos por ahí y que nos costo prenderla debido a la altura (3800 msnm), así que con el calor de nuestra pequeña fogata nos pusimos a contemplar el maravilloso cielo completamente despejado y estrellado que había sobre nuestras cabezas, para después de un rato entrar a la carpa y dormir muy a gusto dentro de nuestras bolsas de dormir.

Al día siguiente 6:30 de la mañana y ya estabamos despiertos, así que procedimos a preparar el desayuno, luego a desarmar el campamento y a las 8 de la mañana iniciamos nuestro recorrido por la meseta. Pudimos apreciar una enorme roca tallada por la erosión del viento y de la lluvia la cual es conocida como el Monumento a la Humanidad, además de otras como el Sapo, la Foca, la Tortuga y muchas más.

En muchas de estas formaciones rocosas uno tiene que usar su imaginacion para poder ver las figuras.

También esta el Anfiteatro, un lugar rodeado por inmensas paredes de piedra ideal para acampar ya que se encuentra protegido del viento. Se pueden encontrar chulpas incas, además de los restos de una fortaleza, y varias laguna pero que justo en esta época están secas salvo una. También hay una zona que da al valle en la cual se aprecian enormes paredes de rocas con distintos formas, si uno se para al borde se puede ver el impresionante abismo que hay.

Finalmente luego de vagar por espacio de 4 horas en la meseta y conocer cada uno de sus rincones, iniciamos el regreso a San Pedro de Casta por el camino largo, llegando al pueblo a la 1 de la tarde, cansados pero satisfechos. Una vez en el pueblo nos dirigimos a uno de los pocos restaurantes que hay en donde almorzamos y luego emprendimos el camino de regreso a Lima, en donde calabaza, calabaza cada uno para su casa.
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