lunes, 24 de marzo de 2008

Canta - Obrajillo (Canta - Peru)

(1-3 Nov 99)

Este año habíamos aprovechado todos los fines de semana largos para viajar a algún lugar de Perú y este 1 de mayo no iba a ser la excepción, además era él ultimo fin de semana largo del año, a donde podíamos ir era la pregunta que todos nos hacíamos, hasta que decidimos ir a acampar a Canta un bonito lugar ubicado a 105 km aproximadamente al noreste de Lima, en la cuenca del río Chillón.

En el camino, la camioneta de Aldo tuvo un problema con el radiador el cual pudo ser solucionado y continuamos nuestro camino, luego de aproximadamente 2 horas de viaje nos reunimos todos en la plaza de Canta y bajamos a Obrajillo (2500 msnm) a 3 kilómetros de Canta a donde llegamos cerca de las 7 de la noche a buscar un buen lugar para acampar, preguntando encontramos un lugar ideal rodeado de árboles y al costado del río.

Obrajillo, en la época colonial fue un OBRAJE a cargo de un español denominado obrajero que obligaba a los indios a la prestación de trabajos. Sabemos que JILLO es un diminutivo, que asociado a OBRAJE forma OBRAJILLO, osea un OBRAJE PEQUEÑO que podría haber sido un maizal. OBRAJILLO es la primera población con arraigo de las costumbres españolas, como podemos comprobar con sus casonas antiguas, los techos de las mismas, los trazados de sus calles, su iglesia, su plaza, sus costumbres sociales, su folklor, sus comidas, sus fiestas, etc.

OBRAJILLO significa un lugar de descanso y en esa época un paraje de arrieros, es así que los españoles fundan el actual OBRAJILLO el 24 de junio de 1775, bajo la advocación de SAN JUAN BAUSTISTA transcurrido los años tiene 268 años de fundada, siendo la fiesta del patrón del pueblo.

Una vez instalado el campamento, Brenda, Magali y yo fuimos a dar una vuelta en el auto por los alrededores, en el trayecto unos perros salieron al encuentro y a uno de ellos le pareció buena idea morder el parachoques del auto, dejando las huellas de sus colmillos en él. Por la noche, luego de comer, prendimos una gran fogata para calentarnos ya que la noche estaba fría.

A la mañana siguiente mientras el resto del grupo se quedo en el campamento, Patty, Katty y yo subimos por una trocha pasando por el poblado de San Miguel y llegamos al poblado de Santa Rosa de Acochaca, el camino se ponía algo difícil por tramos, en algunas partes el auto tenia que esforzarse para poder subir la pendiente, continuamos avanzando y decidimos dejar el auto y continuar a pie hasta llegar a una cascada que estaba ubicada como a media hora de caminata, luego de tomarnos unas fotos emprendimos al campamento.

Luego todos nos fuimos a dar una vuelta por Obrajillo y los alrededores, regresando para la hora del almuerzo, estábamos todos hambrientos ansiosos de devorar los lomos, costillares, chorizos, etc que íbamos a preparar en la parrilla, pero nuestra sorpresa fue mayúscula al no encontrar nada, que había pasado nadie lo sabe. Lo que paso fue que todos habíamos llevado nuestros coolers llenos de comida pero nadie se acordó de comprar hielo para mantenerla congelada, ante tal situación la mejor solución que encontramos fue poner todas las carnes en bolsas, atarlas y ponerlas en el río, suponemos que fueron perros del lugar que olieron la carne y se dieron un festín; lo más gracioso fue que las hamburguesas que había llevado estaban intactas, así que fui el único, junto con mi hermana y una amiga que saboreamos carne ese día, los demás tuvieron que recurrir a los enlatados y sopas que tenían.

Superado el incidente del almuerzo, ya por la tarde nos pusimos a jugar un partidito de fútbol mixto, el cual estuvo muy reñido, el problema era que la improvisada cancha estaba pegada al río y la pelota mas de una vez termino en el río y había que ir a rescatarla; luego terminado el partido algunos se dedicaron a pasear a caballo.

Por la noche, nuevamente todos en la fogata disfrutando de un riquísimo ron para calentar la noche, Brenda se puso a tocar la guitarra y a cantar, mientras Fausto hacia caracterizaciones de Ultra Siete y otros personajes a pedido de Javier, pasamos una noche muy agradable y ya muy tarde todos se fueron a dormir a sus carpas.

Por la mañana del ultimo día, todo el grupo fuimos a la cascada en la que había estado el día anterior, para esto todos nos acomodamos en la camioneta de Aldo y de Javier, mientras Pito subiría en su bicicleta. Iniciamos el trayecto, en las partes que las camionetas no podían subir por el peso había que bajarse, luego de aproximadamente 1 hora, dejamos las camionetas y comenzamos a caminar.

Durante cierta parte de la caminata, se puede apreciar como el río pasa por una caverna para perderse a aparecer nuevamente metros mas abajo, seguimos caminando hasta llegar a la caída de agua, luego de disfrutar este hermoso paisaje emprendimos el retorno a las camionetas, acompañados de una ligera llovizna; para variar la camioneta de Aldo no quería arrancar, que pasaba problemas con el arrancador así que tuvimos que empujar.

Una vez que llegamos al campamento, comenzamos a desarmar las carpas y a cargar los autos para emprender el retorno a Lima, previa parada en el hotel Shangrila de Canta para almorzar, llegando a Lima a las 8 de la noche luego de haber pasado un fin de semana lejos de la ciudad y disfrutando de las bondades que brinda el campo.

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