jueves, 13 de diciembre de 2012

Joven aventurera necochense lleva recorridos más de 8.000 km

La necochense Belén Aspiroz, que emprendió una travesía a bordo de su moto 125 cc. se encuentra en la actualidad en la ciudad de Arequipa, Perú. Lleva recorridos poco más de 8.000 kilómetros y le resta aún un largo trecho hasta llegar a su destino final, México. Pero Belén en realidad está haciendo realidad un sueño y a su paso también va descubriendo la belleza de un paisaje que no alcanza a definir con palabras.
Vale mencionar que antes de emprender su viaje permaneció durante varios días en nuestra ciudad mientras realizaba los preparativos de su moto y el equipaje, luego se trasladó a Buenos Aires y formalmente emprendió esta aventura el pasado 2 de mayo, cuando partió rumbo a Rosario.
A través del grupo de Facebook “Belén y Filomena…a México!!! Me acompañás” se puso en contacto con personas de diversos puntos que enteradas de su viaje la aguardaban a su paso y que la alentaban a seguir.
El itinerario que lleva realizado hasta el momento incluye Cañada de Gómez, Calera (Córdoba), el Chamical, en Catamarca; Tafí del Valle, y La Quiaca, mientras que recién en los primeros días de junio abandonó el país y pasó a Bolivia.
Con respecto a los lugares que ha visitado la joven dijo que “ya en aquel país fuimos hasta Tupiza y los paisajes son soñados con acantilados, ríos y muchos colores”.
En la altura
De allí partió hacia Potosí, pasando por el Salar de Uyuni, por un  camino donde trepó hasta los 4.000 metros de altura y debió viajar a 20 km/h. “Cuando abandonaba el salar me esperaban 30 kilómetros de camino de ripio y ahí tuve una caída  bastante dura donde rompí el espejo y el parabrisas de Filomena”, destacó Belén.
Si bien la belleza del paisaje y la hospitalidad que encuentra a su paso son de gran ayuda, Belén ha tenido que soportar muy bajas temperaturas. “Antes de llegar a Potosí se hizo de noche y tuve que armar la carpa, esa noche hizo -9ºC, hasta la botellita de agua se congelaba”, recordó.
Este viaje se ha convertido en una experiencia inédita para la joven quien expresó que “este viaje es mágico, me crucé con unos chicos en bicicleta cuando iba para Oruro y eran necochenses, nos abrazamos, sacamos unas fotos y les regalé una banderita argentina”. (Ver “Otros dos jóvenes …”)
Ya lleva casi dos meses de viaje. El tiempo que estimaba en un comienzo era de seis meses, aunque puede demorar un poco más porque va adaptando el itinerario. “Ahora me voy a quedar varios días en Arequipa porque hay un encuentro de motos y aprovecharé para hacer algún trabajo para juntar dinero”, explicó Belén.
Durante esta última etapa de su viaje recorrió el llamado Camino de la Muerte, cerca de La Paz en Bolivia, para llegar hasta Copacabana.
Tuvo oportunidad de conocer el Lago Titicaca y sostuvo que “la isla del Sol es hermosísima, se ve Perú de un lado y tiene diferentes climas”.
Una vez que retorne a la ruta tiene pensado dirigirse a Nazca, para luego llegar a Machu Pichu, si bien mantiene el contacto con su familia, en muchos lugares no cuenta con Internet o es muy caro, uno de los objetivos de su viaje era también el de aportar su granito de arena para que la gente tome conciencia ecológica. “En el lago hicimos una balsa con botellas para que se dieran cuenta del daño que hacen”, destacó.///
Otros dos jóvenes en bicicleta
Los necochenses Santiago Mutilba y Lucas Corral, ambos de 20 años, se lanzaron el pasado 8 de marzo a recorrer gran parte del país y Latinoamérica en bicicleta.
Cuando recorrían Bolivia, camino hacia Oruro, se encontraron con Belén Aspiroz y, de casualidad, comenzaron a hablar y se dieron cuenta que los tres eran de Necochea. Los chicos compartieron unas horas juntos y después cada uno siguió su rumbo hacia el Norte de Latinoamérica, Perú serían para los tres el próximo destino más importante.
Además de los elementos de aseo personal, los ciclistas necochenses portan un botiquín para primeros auxilios y la carpa en la cual se refugian para pasar sus noches, generalmente en cercanías de un río.
Pero la principal compañera es la guitarra, que fue un símbolo de unión principalmente en el Norte de nuestro país, que permitió compartir canciones y emociones a la luz del fogón.
La carpa, cuarteles de bomberos, casas de familia y hasta una catedral, fueron los sitios elegidos para dormir algunas noches.
El promedio de pedaleo diario es de 60 kilómetros, aunque hay días ruedan a 100 km y en otros menos, según permita el cansancio y el tiempo./// 
Cortesia: www.ecosdiariosweb.com.ar

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